Los humedales son zonas de tierra inundadas de forma temporal o permanente. El agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones. Se distinguen también por las características particulares de sus suelos y por la presencia de plantas y animales adaptados a sus períodos de anegamiento y sequía.
Y todo ello está seriamente amenazado por la expansión de la frontera agrícola ganadera que depreda su función original. Ejemplo actual, la quema de pastizales en el delta frente a nuestra provincia. Ello ocasiona el deterioro de nuestra salud individual y colectivamente castiga severamente el medioambiente.
A su vez se constituyen en grandes filtros y amortiguan los efectos de las lluvias. Aparte de constituirse como grandes reservorios de agua dulce. Basta mirar los continuos desmontes que luego se convierten en gravísimas inundaciones en vastos sectores de nuestro país.
Pero a los villagalvenses nos debe importar en especial ya que, la Reserva ubicada sobre el Arroyo Saladillo, constituye el último humedal al sur de la provincia. Y aquí tenemos dos problemas: el primero es evitar su depredación, sea por desmonte, como por presuntos proyectos inmobiliarios que la amenazan. Y el segundo es la gravísima contaminación de las aguas del arroyo, por parte de desaprensivos empresarios de la zona, arrojando residuos contaminantes sin procesar. Esto provoca el quiebre del equilibrio del ecosistema de nuestra flora y fauna.
Por todo lo expresado y amparándonos en el artículo del Nuestra Constitución Nacional que en su primer párrafo dice:
Artículo 41.- Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. Es que proclamamos nuestra adhesión al Proyecto de Ley de Humedales.
