21 DE SEPTIEMBRE: DÍA DE LA SANIDAD

Por Arturo Mingolo

¡FELIZ DÍA COMPAÑEROS DE LA SANIDAD A PESAR DE TODO!

Siempre es una responsabilidad escribir y más en tiempo de una pandemia como esta, tres veces más grave que la gripe A y dos veces más mortal, que además de inesperada, se volvió polémica, negada, minimizada, politizada, mercantilizada por algunos políticos y sindicalistas, hasta fue la musa inspiradora para elucubrar distintas teorías conspirativas con diversos argumentos.

Sin embargo, en la realidad que, si bien puede diferir una mirada de otra, no se puede negar el común de su existencia y su vertiginoso avance, e incierto final.

El ser humano es el animal con mayor capacidad de construir y paradójicamente también de destruir no solo el mundo donde habita, sino así mismo. En estos tiempos en que vivimos, muchas personas con capacidad de pensar en el futuro y hacerse una composición de lo que pueda acontecer, elijen preservar el presente para conservar lo logrado, en lo que viven hoy sin importar el día de mañana.

Otros ignorantes de su finitud y de la pandemia por la que estamos atravesando, férreos creyentes del “a mí no va pasar”, desafían a la suerte exponiéndose no solo al contagio a través su conducta irresponsable y negacionista, sino que además se transforman en una especie de ángel de la muerte, que en lugar de repartir sueños como en el cuento de Dolina, reparte contagios que se traducen en pérdidas irreparables.

Observando dicho cuadro de situación me atrevo a opinar escribiendo sin juzgar, pero no puedo dejar soslayar las inconductas sociales en las marchas, las salidas, las formas de reclamar, las fiestas clandestinas familiares o privadas, los encuentros furtivos, verdaderos motores de viralización que nos condujeron hasta acá.

Del otro lado están los que integran el personal de Sanidad, telefonistas, porteros, médicos, enfermeras, camilleros, administrativos, ambulancistas y todos la que están en la primera línea fuego, libran una incansable batalla para ganarle a ese ángel de la muerte que vos alimentas con tu irresponsabilidad.

Quién escribe aparte de hacerlo, trabaja desde hace treinta y siete años en la sanidad, a pesar de eso repito, no juzgo, pero si expreso el egoísmo, la ignorancia y la inconsciencia de muchos.

Como mis compañeros estoy cansado, con miedo de contagiarme y contagiar a mi familia y sin embargo salgo a la calle todos los días, para que los engranajes funcionen, aunque no sé hasta cuando, y me duele el alma ver a todos mis camaradas, sostenerse mutuamente para seguir adelante, ante la incredulidad e insensatez de muchos.

En este 21 de setiembre tan especial para todos los trabajadores de la salud, quiero darles desde lo más profundo de mi corazón un abrazo inmenso y decirles que me siento muy orgulloso de pertenecer a esta familia, que son los trabajadores de la sanidad, y pido una bendición especial por los que ya no están.

Si pudieron llegar hasta esta parte de la nota y no entendieron la importancia y la gravedad del tema, tengo una sugerencia, acércate al hospital más próximo y deja escrito que renuncias a toda atención médica y al uso del respirador. Estamos cansados, no podemos seguir gastando a cuenta de un futuro dudoso, estamos perdiendo nuestro presente.

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