Humo, nubes y lluvias.

27 agosto 2020. Si en este preciso momento cesaran por completo las quemas en nuestras islas, igualmente seguiríamos inmersos en la sequía. Aseverar que la presencia de humo implica escasez de precipitaciones, y que esta es la razón de la falta de humedad en capas bajas y medias de nuestra atmósfera, es por lo menos un desatino. El círculo vicioso es conformado por sequía/incendios, no por incendios/sequía. Venimos de un otoño seco e ingresamos al invierno, estación escasa de por sí en precipitaciones, sin reservas de humedad. La continuidad de estas condiciones sin lluvias, ayudadas en muchas ocasiones por la desidia humana, han generado un escenario complejo, que lejos estamos de resolverlo. Hay un solo estudio en el mundo (Canadá) donde se mencionó la probable disolución de «ciertas» nubes por efecto del calentamiento del aire con humo, no son nuestros incendios en nada comparables a miles de hectáreas de coníferas ardiendo. No tenemos, en nuestra región, humedad suficiente para que las capas nubosas se expandan y aumenten su grosor. Asimismo en las zonas dónde se genera inestabilidad, las tormentas, bajo estas condiciones, se dan con granizadas importantes, ya que concentran muy rápidamente la poca humedad presente y forman hielo, antes que agua líquida. Australia fue anticipo de lo que podríamos tener que soportar, nadie lo vió. Si a esto le sumamos el pronóstico de una NIÑA instalándose en nuestra primavera, hay que apelar a la conciencia colectiva para mínimamente no ser parte del problema y pasar este estadío seco, que también pasará, de la mejor manera posible. ¡ Oscar Monjelat -Director Grupo Caza Tormentas del Sur!

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