La deuda con el ambiente es una deuda con nosotras mismas.

Por Cecilia Molinas, precandidata a concejal de Construcción Colectiva VGG.

Hoy en día se escucha mucho hablar sobre el problema del medioambiente, una situación que de una u otra forma nos afecta a todos y todas. Yo nací y me crié en la Ribera, de cara a nuestro amado río Paraná, ese río único que no solo nos da una hermosa vista, sino también la humedad para poder cosechar y la pesca que es una práctica que pasa de generación en generación entre los villagalvences. Desde la Subsecretaría de Trabajo acompaño a pescadores de nuestra ciudad, y es muy doloroso ver cómo la bajante del río afecta su trabajo y más aún las columnas de humo llevándose nuestros humedales.

No es un hecho menor para nuestra ciudad esta bajante histórica teniendo en cuenta el grave problema del agua en distintos barrios. Muchas familias tienen dificultades para acceder al agua y son abastecidas por camiones cisterna, canillas comunitarias y/o acarreo de baldes. Resolver este tipo de problemas requiere muchísimo trabajo, y en ese camino andamos en el equipo de Construcción Colectiva desde mucho tiempo antes que corriera el calendario electoral. Por ejemplo en distintas ocasiones, desde el equipo de la concejala Marisa Bernal se intervino para realizar estudios de sanidad del agua y también se hicieron pedidos al gobierno de la Provincia para que resuelva el problema de la escasez o la falta de abastecimiento de algunos barrios. Sabemos que es importante redoblar los esfuerzos para lograr que el derecho al agua potable sea efectivo y extendido a toda la población de Villa Gobernador Gálvez.

En relación a los problemas ambientales es mucho lo que se puede hacer, cada una desde su lugar, para aportar colectivamente al cuidado de nuestra ciudad, nuestro ambiente, nuestro hogar en común. Villa Gobernador Gálvez es una ciudad con muchas industrias que son fuentes de trabajo de muchas personas. Esta es una realidad muy buena, pero su contracara es que las industrias también generan desechos dañinos para el ambiente, que nos afectan en nuestro día a día. Es bastante cotidiano, desde hace años, escuchar reclamos y malestares de los vecinos por los desechos de los frigoríficos en las veredas y bocacalles.
Lógicamente es una responsabilidad del municipio y del concejo regular y trabajar en pos de garantizar un ambiente sano para todos y todas. Sé de primera mano que el Área de Medio Ambiente viene trabajando mucho en este sentido, por ejemplo multando a las empresas que realizan estas acciones pero sobre todo promoviendo otras formas de descarte de los residuos y así que los vecinos y vecinas de la ciudad puedan disfrutar de los mates en la vereda y que los chicos puedan jugar en la calle. También desde hace algunos años, junto a jóvenes de la ciudad, recorremos los barrios con brigadas de limpieza y desmalezamiento de basurales. En esas jornadas, conversamos con las y los vecinos concientizando sobre lo tóxico que es que el aire que respiramos se encuentre contaminado por un basural.
Pero aún nos falta mucho, nos lo debemos a nosotras pero más se lo debemos a nuestros hijos e hijas. Es necesario que nos pongamos de acuerdo colectivamente en algunos puntos claves para construir una Ciudad en armonía con el ambiente. Sabemos que el camino es largo, pero vale la pena construirlo colectivamente, luchando para conquistar lo que nos merecemos hoy, porque no se juega solo nuestro presente sino nuestro futuro. Y queremos que cuando llegue, esté a la altura de nuestros sueños.
Con Luciano Nieres estamos andando este camino juntos, y queremos llegar al concejo para que las iniciativas de cuidado del ambiente sigan pisando fuerte entre las transformaciones de nuestra ciudad.

 

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