24 DE MARZO DE 1976

De golpes, muertos y desparecidos…

Una historia triste, cada vez más difusa para los más jóvenes, muy vívida para los que la protagonizaron, con heridas que no cierran, y una mochila cargada de odios mutuos que no solo mantiene a la argentina anclada en el pasado, sino que además da la sensación de una rotura y decadencia de su ejido social, donde ya no son pocos los que avizoran un futuro desalentador.
Desde VGG Noticias ofrecemos al lector un extracto del trabajo realizo por el historiador local Horacio Aquino, para refrescar de alguna manera lo acontecido hace 47 año atrás, su génesis y desarrollo, esperando contribuir de esta manera, con una visión más de los hechos acaecidos en el país, la región y la ciudad.
“Desde los 60 el cordón industrial que se formó desde San Nicolás hasta Puerto Gral. San Martin, se consolido y en los 70, el presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse lo denomino el “cinturón rojo” del litoral del país. La innumerable y diversa cantidad de fábricas instaladas en los parques industriales creados y las fábricas asentadas en la costa del rio, propiedad de inversionistas internacionales en su mayoría, proveían de trabajo a miles de trabajadores ansiosos de porvenir y de condición humana.
Ese escalón, en esa condición, los llevaría a pensar, soñar en un país mejor, una sociedad mejor, en una patria chica mejor, que se adquiría con mejores salarios, sin despidos, más trabajo para todos, para su hermano, amigo o vecino, pensar en dejar el colectivo por una bicicleta o una moto, tal vez un auto. Abandonar la precaria vivienda por la pared y las piezas levantadas con ladrillos o un departamento digno. Que esa vivienda tuviera agua potable, luz sin enganches clandestinos, gas seguro y a lo mejor hasta cloacas. Que los pibes pudieran ir a la escuela pública, seguros de formarse para un porvenir previsible. Que los domingos fueran de madres seguidoras, suegras chillonas, de esposas e hijos y que tuvieran fideos caseros, estofados, chinchulines, chorizos o asados.
Que el asfaltado de las calles de su barrio fuera un objetivo posible. Esas pequeñas ilusiones del hombre común van enhebrando la posibilidad de las realizaciones comunes, de identidades colectivas amplias y comunes. Vivir mejor, nada más y nada menos.
A lo mejor la poca población de nuestro país, que como mercado demandante en el concierto de las relaciones comerciales del mercado global tenía poca relevancia, más la necesidad de promover la producción de artículos que no podían ingresar al país después de la segunda guerra mundial, obligo al mercado nacional a buscar la alternativa de sustituirlos internamente.
Esa demanda género la aparición de nuevas fábricas, que se palanqueaban a partir del surgimiento de la industria siderúrgica. Somisa del estado nacional y Acindar de capitales privados instaladas en nuestra región refrendarían esa necesidad de comenzar a diversificar la producción y el trabajo argentino. Pero la división internacional del trabajo no dejaría de obrar sobre el destino del país y en especial, en la región en la que comenzaron aparecer los mataderos y frigoríficos que justificaron la designación de la ciudad como la capital de la carne provincial.
Al sur y al norte de Villa Gobernador Gálvez se instalarían empresas pequeñas y medianas que utilizarían los fierros, chapas y otra materia prima con algún grado de tecnificación y elaboración mecánica. En la década del setenta emergería el parque industrial de Alvear que se fortalecería con el paso de los años para transformarse en el lugar de asentamiento de privilegio elegido por los inversionistas locales y de la región. Pero Villa Gobernador Gálvez seria la sede del afincamiento de mataderos y frigoríficos, la actividad demarcada por la compañía internacional Swift y desterrada desde la ciudad de Rosario al sur del arroyo Saladillo. Era la mano invisible de la división internacional del trabajo posándose sobre las espaldas y el sacrificio del pueblo trabajador que la convertiría en la capital de la carne de la provincia.
A los golpes
Con el golpe militar comenzó la cacería sobre los militantes y los que no lo eran. La junta hizo caducar el mandato del presidente, de los gobernadores, disolvió el congreso, las legislaturas y los concejos deliberantes. Dispuso el relevo de la corte. En la provincia de Santa Fe asumió como interventor el coronel José María Gonzáles. En abril lo remplazó el vicealmirante Jorge Aníbal Desimoni que detentaría ese cargo hasta abril de 1981. El 24 de marzo de 1976 en Rosario asumía la intervención el coronel Hugo Laciar, pero en abril lo remplazó el capitán Félix Cristiani que ocuparía ese cargo hasta 1981, año en que le sucedería el demócrata progresista Oscar Natale.
En nuestra ciudad con el golpe asumió como interventor por unos días el capitán Carlos Zampieri, el 24 de marzo de 1976, que sería remplazado por el coronel retirado Darío Rocha el 30 de agosto de 1976 que estaría en la intervención hasta el 9 de septiembre de 1981, fecha en que le sucedería un vecino de la ciudad, Rene Adolfo Arpini. El 13 de noviembre el general Eduardo A, Harguindeguy, ministro del interior, expresaba “el gobierno santafesino está consustanciado totalmente con las medidas tomadas en el orden nacional por el gobierno central”. El decreto Nº 6 de la junta militar, disponía la suspensión de todas las actividades de los partidos políticos.
En junio mediante las leyes 21322 y 21325 se declaraban ilegales a las agrupaciones políticas, sindicales y estudiantiles, en especial a los de la izquierda peronista y las marxistas. En tanto en la provincia y el país asumían como funcionarios, radicales, peronistas. Intransigentes, los cuadros del Movimiento de Integración y Desarrollo, Partido Demócrata Progresista y el Movimiento Línea Popular ocupaban cargos en la intervención militar. Pero ellos no eran los únicos prestadores de servicios o colaboradores, había de todo:
Unión Cívica Radical: 310 colaboradores
Partido Justicialista: 169 colaboradores
Partido Demócrata Progresista: 109 colaboradores
Movimiento de Integración y Desarrollo: 94 colaboradores
Fuerza Federalista Popular: 78 colaboradores
Movimiento Popular Neuquino: 23 colaboradores
Partido Demócrata Cristiano: 16 colaboradores
Partido Intransigente: 4 colaboradores
Partido Socialista Democrático: 1 colaborador
A mediados de 1975 el gobierno de Isabel Perón dispuso una serie de leyes y disposiciones con el fin de implementar una estrategia represiva sobre el activismo. El decreto Nº 2722 ordenaba “ejecutar operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio del país”.
Los golpistas disolvieron el Congreso Nacional, derrocaron a las autoridades provinciales (gobernadores y legislaturas) y destituyeron a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, designando en su lugar a los abogados Adolfo Gabrielli, Horacio Heredia, Abelardo Rossi, Alejandro Caride y Federico Videla Escalada, que asumieron el 2 de abril. Finalmente, la estructura de gobierno nacional se completó con la Comisión Asesora Legislativa (CAL), integrada por tres militares designados por cada fuerza, con facultades de asesoramiento legislativo en representación de las Fuerzas Armadas.
La fecha elegida de forma premeditada coincidía con la del 24 de marzo de 1816, ese día del siglo XIX se iniciaban las deliberaciones de los congresales en la ciudad de San Miguel de Tucumán, que finalizarían el 9 de julio de ese año con la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Rio de la Plata. Como se ve los dictadores interrumpían la vigencia de la constitución por un régimen de facto al que pretendían bruñirlo de un temperamento fundacional, revolucionario, sustentado con la puesta en marcha de un plan represivo destinado a exterminar personas.
Ese mismo 24 de marzo de 1976 en Europa se hallaba la selección Argentina de Futbol para disputar un encuentro amistoso con el seleccionado de Polonia, Argentina la venció por 2 a 1 con tantos de Kempes y Scotta.
Acá
En nuestra ciudad esas líneas directrices ofrecían pistas de donde podían atravesar el accionar represivo. El inicio del golpe aparentose vivir sin traumas. El edificio municipal fue ocupado por la columna de camiones y 50 soldados entre los que se destacaban dos tanques pesados. Las autoridades desde el intendente Santos Mauro y los seis concejales Ossiel, Graciano Fernández, Beliz, Cabos y Oliva justicialistas y Zaubaskas del PDP fueron detenidos. No así el senador provincial José Lara que asumió en 1973 y fue depuesto en el mismo el 24 de marzo de 1976. Estuvieron en esa condición varios meses, luego de los cuales recuperaron la libertad. Según Mauro Villa Gobernador Gálvez era considerada “peligrosa”.
Con los trabajadores era otra cosa. Eran detenidos, desaparecidos, torturados o asesinados algunos lograban exiliarse. Un cortejo de vehículos policiales o sin identificación ingresaban en los barrios de noche o de día, se llevaban a las personas que a partir de ese día iniciaban un calvario, que en muchos casos no han tenido resolución aun en el presente.
El obrero Oscar medina fue chupado de su casa y hasta hoy está desaparecido. En un mismo operativo secuestraron a diez integrantes de la familia Gómez- Marciani, siete de ellos trabajaban en los frigoríficos y tres mujeres detenidas se encontraban embarazadas y parieron en cautiverio, ellos eran las hermanas Luisa, Teresa y Gladys Marciani. Sus esposos, Rodolfo Gómez, Lalo Márquez y Juan José Casco, Alberto y Gladys Gómez, José Márquez y Mónica Quiroz. El maestro Raúl García era fusilado en un “enfrentamiento”.
La maestra de la escuela de Pueblo Nuevo Elvira Márquez Dreyer era secuestrada y desaparecida. Son secuestrados y desaparecidos los militantes peronistas Mirian Moro, compañera de De Vicenzo, Estudiante de Humanidades en la Universidad Nacional de Rosario. Secuestrada-desaparecida el 27 de septiembre de 1976 junto a Antonio Ángel López cuando iban a realizar una volanteada de repudio a la dictadura militar en la puerta de un frigorífico. Fue sepultada como N.N. en el cementerio santafesino de Casilda. Antonio López, secuestrado y desaparecido el mismo día y en el mismo lugar que Mirian Moro.
Gustavo Bouvier, secuestrado-desaparecido a la edad de 21 años, el 27 de septiembre de 1976, cerca de las 15 hs, en la fábrica de productos Cachamai, al sur de Rosario, cuando estaba volanteando, en la localidad de Villa Diego y Roberto Devicenzo, Secuestrado-desaparecido por la última dictadura militar, el 27 de septiembre de 1976, a la edad de 24 años. Estaba realizando un control, luego de una volanteada que había hecho su organización en la puerta del frigorífico Swift. En marzo de 2010 sus restos fueron identificados luego de estar enterrados como N.N. en el cementerio de Barrancas de Santa Fe.
Clara Argento, maestra de Música en una Escuela Provincial de Villa Diego Secuestrada y desaparecida el mismo día que su hermano (1-9-77) y en el mismo lugar José Piazza 650, Villa Diego y Abel Argento, médico pediatra, secuestrado en José Piazza 650, Villa Diego junto a su hermana Clara Ruth Argento (30 años), el 1° de septiembre de 1977. Hugo Alberto Megna, estudiante universitario y su compañera Adriana Elsa Tasada, ambos de 20 años, secuestrados desaparecidos el 4 de septiembre de 1977 en nuestra ciudad.
Horacio Lisandro Ferrasa, estudiante universitario, secuestrado-desaparecido por la última dictadura militar el 23 de septiembre de 1977 en Villa Gobernador Gálvez, provincia de Santa Fe, el 23 de septiembre de 1977. Resistió su apresamiento y llega muerto al lugar clandestino de detención. (El libro de la CONADEP, da como fecha de su secuestro el 1º de octubre de 1976, en las inmediaciones del hospital de Villa Gobernador Gálvez).
En caso de ser legalizados, los secuestrados eran remitidos a la Cárcel de Coronda – en el caso de los hombres – y al Penal de Villa Devoto de Capital Federal – cuando se trataba de mujeres – generalmente “a disposición del PEN”. Al cesar en su calidad de detenidos, en la mayoría de los casos fueron remitidos nuevamente a Rosario, en especial a la sede del Comando del II Cuerpo de Ejército.
Allí se les dirigía un discurso antes de dejarlos en libertad. “Galtieri nos preguntó los nombres uno por uno. Cuando llegó mi turno me hizo una perorata sobre su satisfacción de darme la libertad en nombre del Presidente de los argentinos, el Gral. Videla. Me aconsejó que recordara siempre los colores de nuestra bandera ‘que cubren el cielo de nuestra Patria. Que fuera a mi casa, que ayudara a mi nuera a cuidar a sus hijas y, para colmo de ironías, me pidió que olvidara todo lo que había pasado y que no odiara al Ejército. Yo quiero hacer responsable a Galtieri de la destrucción de mi familia” (Testimonio de Juana Elba Ferraro de Bettanin, quien además de su detención y tortura sufrió la pérdida de sus tres hijos).
En la capilla Nuestra señora de la Paz de Pueblo Nuevo se encontraba el sacerdote Eugenio Segundo Zitelli desde los 60, el capellán de unidad II de policía era denunciado como colaborador, ya en los primeros años de la democracia. Zitelli se encuentra en juicio actualmente por su actuación en esos años. El cura tuvo una profunda actividad social en esos años que lo convirtió en una especie de exorcista social de la grey católica y el poblado.
Quedan registrados en la memoria popular los episodios de posibles secuestros, el trabajador secuestrado en la plaza Lisandro De la Torre, el militante desaparecido de la básica de la calle San Diego, el mozo de la calle Vélez Sarsfield, los fusilados en el enfrentamiento detrás del frigorífico El Litoral, las huelgas en los frigoríficos. Más de treinta detenidos, algunos han podido sobrevivir.
La quinta militar ubicada en el predio del parque sur ha sido sospechada por familiares de haber sido un centro ilegal de detenciones. La jefatura del ejército asentado en la ciudad de Rosario no dejo de utilizar, como centro ilegal de detención, cuanta instalación tuviera bajo su administración, así lo han demostrado los hallazgos y testimonios de los sobrevivientes de la región.
(Nota de archivo)

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