
Por Edgardo D. Violante. Lic. en Ciencia Política de la UNR
El pasado 27 de agosto se cumplieron 100 años de la primera transmisión radial en nuestro país; la misma tuvo lugar en la terraza del Teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires, sitio donde el Dr. Enrique Telémaco Susini y tres colaboradores suyos montaron una antena para trasmitir una interpretación de la ópera «Parsifal» de Richard Wagner. Luego de este hecho fueron conocidos como “Los locos de la azotea”
Gracias al avance de la tecnología y al abaratamiento del costo de los receptores, muy rápidamente la radio se masificó entre casi todas las familias de los países más desarrollados del globo. Tal es así que durante la Segunda Guerra Mundial las potencias beligerantes también libraron sus batallas a través de este artefacto. En 1940 el General Charles De Gaulle desde el exilio británico recurrió a la estatal radio BBC de Londres para hacer el Llamamiento del 18 de junio, discurso en el que se pronuncia a favor de la resistencia del pueblo francés al tiempo que se proclama como Jefe de la Francia Libre. También el siniestro ministro de propaganda alemán Joseph Goebbels utilizó a la radio para intentar manipular a las masas y hacerlas adeptas y leales al régimen Nazi.
En nuestro país durante la última Dictadura Militar y especialmente en la guerra de las Malvinas, la radio AM también adquirió un papel preponderante, particularmente con los partes informativos de Radio Colonia, ubicada en la homónima ciudad de la costa uruguaya del Río de la Plata. Dicha peculiaridad le permitió transmitir información fidedigna a buena parte del territorio nacional y mantenerse indemne de las presiones que podía ejercer la Dictadura argentina a cualquier medio de comunicación disidente ubicado en nuestro país.
Por otro lugar, la radio de Onda Corta (hermana internacional de la AM) posibilitó durante años trasmitir noticias a través de miles y miles de kilómetros, pasando por arriba (por el aire literalmente) a gobiernos autoritarios y dictatoriales adictos a la censura de la prensa. Por ello, durante las olas de dictaduras latinoamericanas del siglo XX, la radio de Onda Corta se convirtió inmediatamente en el medio exclusivo para informarse de noticias mundiales sin la intervención cercenadora de los gobiernos. Por ejemplo, la emisora La Voz de América perteneciente a los Estados Unidos transmite en idioma español cubriendo todo el continente americano desde la década del 40´. En la otra orilla, Ernesto Che Guevara fundaba para el año 1958 en Cuba la emisora de Onda Corta “Radio Rebelde”; la cual se convirtió en un vehículo comunicacional de la revolución cubana, teniendo también como meta romper el cerco mediático impuesto por las distintas dictaduras. Por consecuencia no es descabellado concebir a la radio de Onda Corta como un preludio de lo que hoy en día es Internet para todos nosotros, especialmente por la obtención de información de primera mano, así como por el acceso a diversas fuentes internacionales.
Volviendo a la Amplitud Modulada, nuestra ciudad tampoco fue ajena al desarrollo radial del país, siendo muestra de ello el funcionamiento de la planta transmisora de LRA5 Radio Nacional Rosario, como tal, a partir de marzo de 1953, en la intersección de la Av. San Martín y el Bv. San Diego. Así también la radio LT3 de Rosario, histórica emisora fundada por acopiadores de cereal para comunicar a toda la región agraria sus cotizaciones, tuvo su planta de transmisión en Villa Gobernador Gálvez, desde el año 1932 hasta el año 2016.
Como hermana menor de la AM a fines de la década de los 80 irrumpe la radio de Frecuencia Modulada (FM), con modesto alcance, aunque suficiente para cubrir a toda una ciudad. Sin embargo, dicha limitante es compensada con su buena fidelidad de sonido; característica que propició el nacimiento de una grilla radial mayormente musical.
La dolarizada década de los 90´ encuentra a la Argentina con una buena capacidad de importar tecnología electrónica a bajo costo. Por ello, no sólo los receptores radiales sino también los transmisores de Frecuencia Modulada comenzaron a hacerse masivos, poblando el dial en cada ciudad, cada barrio y cada pueblo del interior. Ante semejante avalancha el Estado Nacional, a través del entonces COMFER, se vio desbordado y no tuvo la capacidad de controlar la proliferación de emisoras de FM irregulares, ni mucho menos la voluntad de generar una regulación adecuada a la naturaleza popular de este fenómeno. En esta nueva etapa afloraron en el Gran Rosario expresiones radiales de todo tipo y variedad. Así aparecen radios enfocadas en la música tropical, al tango, al folklore, hasta emisoras abocadas exclusivamente a la prédica religiosa.
Más allá de la situación reglamentaria de cada emisora barrial de FM, es necesario reconocer la función cultural y social que cumplen en nuestra sociedad, reflejando vivencias, saberes y tradiciones que no siempre son contemplados por los grandes medios hegemónicos de comunicación, ubicados estos en el corazón de los grandes centros urbanos y mayoritariamente digitados desde Buenos Aires.
Con el surgimiento de la televisión se pregonó el fin de la radiofonía y se lo continuó anunciando recurrentemente con la aparición de cada nuevo formato de comunicación. Sin embargo, y al contrario de ello, la radiofonía logró sortear todos los escollos, pudiendo adaptarse primero al universo virtual de internet y muy recientemente a la realidad de los teléfonos inteligentes y sus aplicaciones (APP).
Como reflexión final podemos expresar que mientras existan personas con la necesidad de transmitir y otras que tengan la necesidad de sentirse acompañadas, la magia de la radio seguirá intacta en el aire, como la magia que desplegaron esos cuatro locos hace 100 años cuando se subieron a la azotea del Teatro Coliseo