EL DILUVIO Y SUS EXCEPCIONES

Por Marco Zorzoli

Qué momento este momento. Las bajas temperaturas aún se intercalan meditando el frío extremo que nos deparan los próximos meses. El clima debe ser el único ámbito en el que no prima la incertidumbre, aunque nos otorgue días desoladores como lo fueron las primeras veinticuatro horas del nuevo confinamiento estricto. ¿Y si no para de llover jamás? Las respuestas son del tiempo, que muchas veces es desdichado, pero a la vez se vuelve amigo para dejarnos hacer este tipo de preguntas. Hubo récord de casos, que justamente no es la consecuencia de este encierro que se encuentra atado a soluciones instantáneas. Tal vez el lado más cruel de esta pandemia sea la superposición de causas justas, el equilibrio en el desbarajuste.

Hablando de pedidos nobles aparece el fútbol. Aquel que se hizo esperar durante los meses de cuarentena legitimada como el elemento de distracción ante tanta pálida y peor aún, tanto aburrimiento. Pasajes emocionales que podrían equipararse con el fútbol en cuanto a la banalidad que caracteriza la discusión sobre ellos en este momento. Por esto quizá la pelota recae en la descalificación constante cuando sabemos que en realidad su práctica es lo menos importante, no así su trama organizativa que transversalmente se convierte en asuntos constitucionales. A falta de dicotomías (economía o salud) y discusiones sin salida, retornó la manipuladora propuesta de «fútbol si, educación no», que ya había sido utilizada en 2017 cuando el inicio del torneo se atrasó un mes por el paro de Futbolistas Agremiados al unísono con la paritaria docente que también llevó tiempo destrabar, como si una cosa tuviera que ver con la otra.

Al kirchnerismo probablemente se le magnifiquen estos embates retóricos no sólo por haber planificado un protocolo que garantiza el desarrollo de la Copa América íntegramente en el país, sino también por el involucramiento en el fútbol que es una consecuencia directa de otra batalla cultural como lo fue la Ley de Medios, que saltó a la cancha para levantar a la tropa luego de las derrotas en las elecciones legislativas y frente al campo. Tiempo de tasas chinas dónde se permitían estos debates que forjaron la fractura que hasta hoy nos mantiene a la deriva aportando nada. Propaganda, fútbol gratis, una inversión sin precedentes inclinaron la balanza hacia el derroche injustificado.

Lo que importa es el mensaje, pero también la plata de la televisión. Nunca tuvieron tanto poder las empresas dueñas de los derechos de televisación. Los vaivenes del mercado y la tierra de las incongruencias obligan a organizar un torneo de selecciones que se había suspendido el año pasado en estas fechas con 70 casos por día aproximadamente. Había que poner buena cara y sobrellevarlo, pero en algún momento la pelota tiene que rodar y, si es posible, no parar. Prácticamente el presidente se sinceró aduciendo que «sería una copa para la televisión», mientras que Kicillof espera que la provincia pueda posicionar como sede el complejo «Diego Maradona» de La Plata que maneja y acondiciona, y que tuvo un momento desopilante este año cuando se aproximaron ancianos que tenían el turno para vacunarse allí, pero les avisaron en la puerta que no lo iban a poder hacer porque a la noche se disputaba un partido de Copa Argentina.

La omnipotencia de la Conmebol es otra presión que afronta el Gobierno. Casi como un Estado independiente, la casa madre del fútbol sudamericano se jactaba de haber conseguido vacunas apelando a la concreción de esa negociación entre China, Lacalle Pou, después se aseguró las finales de la Libertadores y Sudamericana en el Estadio Centenario, y un par de camisetas de Messi y Di María como el requisito fundamental para no tener inconvenientes. No contaban con el estallido social en Colombia, jugadores de Independiente durmiendo en un aeropuerto, que las vacunas adquiridas (Sinovac) no están aprobadas en el país que albergará la Copa América, un equipo jugando sin suplentes y un jugador de campo como arquero debido al brote de Covid en el plantel que además contagió al chofer que los trasladaba y en estos días terminó falleciendo. Todo fue televisado, con disparos de fondo.

La selección argentina y su obligación por brindar alegrías en contextos desfavorables. A los jugadores se les pide constantemente dentro de una cancha, y fuera del verde césped la claridad para no aceptar, por ejemplo, vacunas que podrían ser destinadas a otros individuos y, sobre todo, declinar la participación del suntuoso y excepcional espectáculo de la Conmebol. Sin embargo, poco han realizado los que practican este deporte por terminar con el exigente calendario que sufrieron durante este semestre jugando cada 48 horas. Mientras tanto Messi buscará su primer título con la celeste y blanca en el marco menos deseado, atestiguando su cualidad de «genio incompleto» como lo definió Ariel Senosiain en su libro. Sky Sports lleva en su palmarés la consolidación de la Premier League como la liga más atractiva del mundo y la erradicación -no solo de los hooligans- de los obreros y sectores populares en las canchas de Inglaterra, aparentemente responsables de los desmadres y la violencia en la década del 80. La fallida Superliga Europea tuvo en sus aspiraciones principales un reparto aún mayor del dinero por los derechos a raíz de presentar partidos entre grandes todas las semanas; una idea que todavía se mantiene indeclinable en la conciencia de tres clubes fundadores (Real Madrid, Barcelona y Juventus) que esta semana mediante comunicados arremetieron de forma contundente: «O modernizamos el fútbol, o asistiremos a su inevitable ruina». Disney es el que dirige la orquesta continental y también se adueñó del fútbol argentino hasta 2030; antes, pasó el rompimiento de un contrato por parte de los dirigentes y la carnicería hecha programa en sus pantallas a cargo de los periodistas estrellas. Le dieron sus migajas al Gobierno con dos partidos liberados por fin de semana tratando de alivianar la situación con el Enacom que en principio no aprobaba la fusión con Fox y todavía debe expresarse.

La selección de Colombia confirmó dos casos de coronavirus y la competencia todavía no comenzó: el jugador Alfredo Morelos y el kinesiólogo José Rendón. Seguramente volverán a frenar por un puñado de contagios.

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